Estemos contentos
“Teniendo, sin embargo, sustento y con que cubrirnos, estemos con eso contentos.” Paulo. (I TIMOTEO, 6:8.)
El monopolizador de trigo no podrá abastecer para la mesa sino de algunas hogazas de pan, para saciar las exigencias de su hambre.
El propietario de la fábrica de tejidos no dispondrá sino de algunos metros de tela para la confección de un vestido, destinado para el propio uso.
Nadie debe alimentarse o vestirse por los padrones de la gula y de la vanidad, más si de conformidad con los principios que rigen la vida en sus fundamentos naturales.
¿Por que esperas al banquete, a fin de ofrecer algunas migajas al compañero que pasa Hambre?
¿Por que reclamas un tesoro de monedas en la retaguardia, para ser útil al necesitado?
La caridad no depende de la bolsa. Es fuente nacida en el corazón.
Es siempre respetable el deseo de poseer algo mejor para el socorro del prójimo o de sí mismo, en los días de borrasca e inseguridad, entre tanto, es deplorable la subordinación en la practica del bien al cofre lleno.
Abre, antes de todo, las puertas de tu alma y deja que tu sentimiento fulgure para todos, a la manera de un astro cuyos rayos iluminen, balsamicen, alimenten y atiendan…
La lluvia, derramándose, en gotas, fertiliza el suelo y sustenta billones de vidas.
Dividamos el poco, y la insignificancia de la voluntad amparada por el amor, se convertirá con el tiempo en prosperidad común.
Algunos semejantes, atendidos con cariño, en el curso de los años, pueden dominar glebas inmensas.
Estemos alegres y auxiliemos a todos los que se nos crucen en la marcha, porque, según la sabia palabra del apóstol, si poseemos la gracia de contar con pan y con el sustento para cada día, nos cabe la obligación de vivir y servir en paz y alegría.
Las sabias palabras de Paulo son especialmente importantes en estos días, del siglo XXI, en los que el consumismo parece haber terminado con la humanidad del propio Ser Humano.
La explicación del texto puede llegar a ser breve: ¿Por qué nos centramos en los bienes de la Tierra, en tener todo tipo de cosas materiales, en ocasiones inútiles, cuando a nuestro lado está el pobre que ni siquiera dispone de la comida necesaria?
Es correcto que la persona ahorre y se esfuerce en conseguir todo lo necesario para su vida: alimento, ropa, hogar… Sin embargo, el egoísmo puede hacer acto de presencia en el momento más inesperado, cuando acaparamos bienes que no necesitamos.
Controlemos nuestros deseos de «tener» y centrémonos en el deseo de conseguir que «tengamos», es decir, que todos tengamos lo necesario, evitando lo superfluo.
No podemos olvidar que cualquier momento es perfecto para hacer el bien, para proporcionar lo necesario a las personas a las que les falta. Abramos nuestro corazón, y sepamos discernir nuestras acciones, con el fin de hacer felices a las personas.
Fuente: Fuente Viva (Libro)
Imagen: FlickR – Artem Beliaikin