Esto dice la ciencia acerca de las experiencias cercanas a la muerte

Sin entrar en las materias de las que habla el Espiritismo, ni en la propia filosofía en sí misma, la ciencia se está ocupando, durante los últimos años y con gran fuerza, en la investigación de las experiencias cercanas a la muerte.

Es necesario aclarar que las experiencias cercanas a la muerte no son ni mucho menos un tema nuevo. Durante años, hemos visto, escuchado y oído opiniones y declaraciones de personas que, después de estar aparentemente fallecidas durante un tiempo, vuelven a la vida con testimonios realmente curiosos.

Muchos de estos testimonios se repiten en casi todas las personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte: algunas personas afirman haber visto un túnel, con una luz muy intensa en su final; otras personas dicen que, mientras estaban «muertas», han hablado con personas también fallecidas; tampoco faltan aquellos que han visto lo que sucedía alrededor de su cuerpo, o que incluso preveían el futuro. Esto último, en ocasiones, con especial acierto.

La ciencia intenta responder

Después de muchísimos testimonios de personas que afirman haber tenido experiencias cercanas a la muerte, ha habido (y hay) diferentes tipos de estudios e investigaciones científicas que intentan arrojar luz a este respecto.

Sam Parnia es médico de Cuidados Intensivos en el NYU Langone Health y, además, una de las personas que lleva varios años investigando las experiencias cercanas a la muerte.

Parnia afirma que está intentando encontrar la «conciencia oculta» de la muerte. Y lo ha intentado midiendo la actividad eléctrica que existe en el cerebro en el momento en que el corazón y la respiración se paran:

Muchas personas cuentan la misma experiencia: la conciencia se vuelve más intensa y más vívida, con un pensamiento más nítido y claro, mientras los médicos intentan reanimarlos, pensando que están muertos.

La realización del estudio fue bastante sencilla, hablando de una manera relativa, ya que un equipo de personas estuvieron siguiendo a médicos que estaban con personas oficialmente muertas. En este tipo de situaciones, y mientras los propios médicos realizaban las tareas de RCP, los investigadores establecían dispositivos que medían los niveles de oxígeno y la actividad eléctrica presente en la cabeza de las personas afectadas por estas llamadas experiencias cercanas a la muerte.

Hablando de una manera más concreta, la actividad cerebral fue medida en intervalos de 2-3 minutos, en aquellos momentos en que los médicos tenían que detener las compresiones torácicas o las descargas eléctricas para comprobar si el corazón del paciente intervenido «se reiniciaba«.

Parnia ha explicado, en el propio estudio, lo que sucedía en esos momentos:

Descubrimos que los cerebros de las personas que estaban pasando por esa muerte se habían estancado. Es lo que esperábamos. Sin embargo, incluso hasta una hora después de la reanimación, veíamos picos: aparición de actividad eléctrica cerebral, la misma que tengo en los momentos en que hablo o me concentro.

En los picos comentados por Parnia, se concreta, existían ondas gamma, delta, theta, alfa y beta.

Los números hablan

Experiencias cercanas a la muerte

Las estadísticas extraídas del estudio, en todo caso, son malas: solo 53 de las 567 personas que fueron estudiadas (el 10%), consiguieron volver a la vida. De estas, se entrevistaron a 28 personas acerca de lo que podían recordar de la experiencia. Del número comentado, 11 personas declararon estar conscientes durante la RCP, mientras que seis afirmaron tener una experiencia cercana a la muerte.

Hay que añadir que las experiencias conseguidas en el estudio se juntaron a los testimonios de otros 126 supervivientes de paros cardíacos. Los mismos afirmaron que, durante la muerte, habían registrado sensaciones de separación, revisiones de sus vidas, viajes a lugares que les hacían sentir bien, etc. De estos casos también se registraron las señales cerebrales, que fueron comparadas con resultados de estudios acerca de alucinaciones, delirios e ilusiones. La conclusión es que las señales registradas eran bastante diferentes.

El estudio confirma que las experiencias cercanas a la muerte son reales

Los encargados del estudio afirman que la conclusión que se puede extraer es que la experiencia que se ha recordado es real. De hecho, se concluye que existe un marcador cerebral identificado. Las señales que se han registrado en el cerebro no serían «trucos«, como afirman otras investigaciones sobre la misma materia.

Teniendo en cuenta los múltiples estudios que han analizado las experiencias cercanas a la muerte con resultado positivo, podríamos decir con certeza que este tipo de momentos son reales, y no una «invención» del cerebro humano. No obstante, tampoco hay duda de que existen muchísimos detalles por concretar y que, actualmente, siguen siendo un misterio.

Vía | CNN